La devoción al Sagrado Corazón de Jesús refleja el reconocimiento de los católicos al amor infinito de Cristo hacia la humanidad.
La devoción al Sagrado Corazón, practicada desde la antigüedad, se popularizó en el siglo XVII gracias a San Juan Eudes y Santa Margarita María Alacoque, quien tuvo grandes visiones en 1673. Margarita recibió cuatro revelaciones principales de Jesús, donde se le encomendó difundir su amor y la devoción a su Corazón. La más significativa ocurrió el 16 de junio de 1675, cuando Jesús pidió una fiesta especial en su honor.
Canonizada en 1920, Santa Margarita se convirtió en la apóstol de esta devoción. A pesar de adversidades, la devoción se extendió y fue oficialmente reconocida en 1765. En 1856, el Papa Pío IX estableció la fiesta del Sagrado Corazón para toda la Iglesia. En el siglo XIX, la devoción se manifestó en la construcción de numerosos santuarios.
Las prácticas devocionales incluyen la comunión el primer viernes de cada mes y la hora santa de adoración. Esta devoción penetra en la vida social a través de actos de consagración al Corazón de Jesús, realizados por familias y naciones. Actualmente, la fiesta del Sagrado Corazón se celebra el viernes posterior al Corpus Christi y el sábado siguiente se dedica al Corazón Inmaculado de María.
