Santa Lea fue parte de un grupo de viudas patricias que, en el siglo IV, cambiaron sus vidas de opulencia por una de humildad, penitencia y devoción.
Santa Lea de Roma, una figura venerable del siglo IV, atrajo la atención por su transformación radical tras quedar viuda. Si bien fue una destacada dama con lujos y servidumbre a su disposición, optó por una vida de humildad y devoción después de su pérdida.
Consagrada al Señor, se convirtió en madre superiora de un grupo de vírgenes en un monasterio, donde su ejemplo de sacrificio y oración condujo a otras mujeres hacia la perfección espiritual.
Íntima amiga de Santa Marcela, Lea se vio influenciada por el movimiento ascético promovido en Roma por Marcela, Santa Paula y otras viudas del patriciado romano, guiadas espiritualmente por San Jerónimo.
La casa de Marcela en el Aventino se convirtió en un lugar de encuentro donde estas damas nobles compartían y fomentaban sus ideales monásticos, buscando una vida de penitencia y devoción.
Fuente: Bibliotheca Sanctorum