Lunes 17 de febrero: Santos Alexis, Amadeo, Hugo, Benito, Bartolomé, Gerardino y Juan, los fundadores de la Orden de los Siervos de María.
Los Servitas, también conocidos como la Orden de los Siervos de María, fueron fundados en 1233 en Florencia, Italia, por siete nobles que decidieron abandonar su vida acomodada para dedicarse a la vida religiosa. Su propósito era servir a la Virgen María y seguir la regla de San Agustín, estableciendo una comunidad de fe y servicio.
La tradición cuenta que en 1240, durante la Fiesta de la Asunción, los fundadores —Alexis, Bartolomé, Benito, Buenhijo, Gerardino, Hugo y Juan— recibieron una visión en la que la Virgen María les entregó un hábito negro y los llamó «Siervos de María«. Esta visión marcó el inicio de la orden, que fue aprobada oficialmente en 1249 y sufrió períodos de supresión y reconocimiento a lo largo de los siglos. Finalmente, en 1304 obtuvo su aprobación definitiva.
La expansión de la Orden
La orden creció rápidamente, expandiéndose por Europa y alcanzando los 10,000 miembros para 1285, con conventos en Alemania, Francia, España e Italia. En los siglos posteriores, los Servitas enfrentaron desafíos políticos y religiosos, pero lograron mantenerse y seguir creciendo. En 1867 se establecieron en Inglaterra.
A lo largo de los años, la orden ha dado origen a varias ramas, como los Ermitaños de Monte Senario, las monjas de clausura Servitas y la Tercera Orden fundada por Santa Juliana Falconieri en 1284. Su misión combina la vida contemplativa con la enseñanza y la predicación.
Los santos Servitas fueron canonizados en 1888 por el Papa León XIII y la Orden sigue activo en distintas partes del mundo, con una presencia significativa en Europa y América. Su legado perdura en la devoción a la Virgen y en su labor educativa y pastoral.
Fuente: Catholicsaints.info
Imagen: Pintura «Los Siete Santos Fundadores de la Orden de los Siervos recibiendo su hábito de Nuestra Señora» (siglo XVIII), autor desconocido.