Viernes 25 de octubre: Santa Olga, precursora de la cristianización de la Rus de Kiev, consumada por su nieto, San Vladimir el Grande.
Santa Olga de Kiev nació probablemente en el año 890 cerca de Pskov, Rusia. En 903, se casó con el príncipe Igor, gobernante de la Rus de Kiev. Tras la muerte de su esposo en 945, asumió el liderazgo del Estado como regente de su hijo menor de edad, Sviatoslav.
En 955, se convirtió al cristianismo en Constantinopla, hecho que marcó un punto de inflexión en la historia religiosa de la Rus de Kiev, donde el cristianismo comenzó a ganar terreno. Olga fue una gobernante sabia y visionaria. No solo buscó la independencia política de su pueblo, sino que también impulsó la autonomía eclesiástica, solicitando la consagración de un obispo para la Rus de Kiev, aunque sin éxito.
Posteriormente, envió una delegación al rey Otón I, quien nombró al obispo Adalberto para Kiev. A pesar de sus esfuerzos, no logró convertir a su hijo Sviatoslav, pero influyó profundamente en su nieto, San Vladímir el Grande, quien más tarde cristianizó toda la región.
Santa Olga falleció en 969, siendo enterrada según el rito cristiano. Su cuerpo incorrupto fue trasladado a la Iglesia de los Diezmos alrededor del año 1000.
Fuente: Iglesia ucraniana en Roma – Catedral de la Madre de Dios y los Santos Mártires Sergio y Baco.
Imagen: Óleo sobre lienzo «Santa Princesa Olga», boceto de la pintura de la Catedral de San Vladimir, Kiev (1892), por Mijaíl Nésterov.
