Martes 4 de marzo: San Casimiro. Venerado como santo patrono en Lituania y Polonia. Protector de la juventud.
San Casimiro, hijo del rey Casimiro IV de la dinastía Jagellón y de Isabel de Austria, nace en un ambiente de nobleza y fe. Desde joven, se destaca por su profunda devoción religiosa y su dedicación al servicio de los más necesitados. Aunque es elegido como rey de Hungría a los 13 años, su ascenso al trono se frustra, lo que permite a Casimiro centrarse en su vocación espiritual.
A lo largo de su vida, Casimiro mantiene un firme compromiso con la castidad, rechazando un matrimonio propuesto por su padre con la hija del emperador alemán, Federico III. A los 18 años es nombrado regente en Polonia, donde gana el respeto de todos por su integridad y su lucha contra los enemigos del reino.
En 1483, su vida cambió al ser llamado a Lituania para apoyar a su padre. En esa región, su comportamiento piadoso lo convierte en una figura venerada por el pueblo. Sin embargo, poco después cayó gravemente enfermo, muriendo un año más tarde en Grodno (hoy en Bielorrusia) debido a una repentina tuberculosis.
Hoy es venerado como santo patrono de Polonia y Lituania, y protector de la juventud. Sus reliquias se encuentran en la Catedral de Vilna (capital de Lituania), y su figura sigue siendo un símbolo de pureza y dedicación cristiana. Fue canonizado en 1602 por el Papa Clemente VIII, y en 1636 fue declarado protector del Imperio polaco-lituano.
La iglesia de San Casimiro en Vilna, erigida en su honor, es uno de los lugares más emblemáticos para quienes buscan rendir homenaje a este santo.
Fuente: Ökumenisches Heiligenlexikon.
Imagen: Fragmento del óleo sobre lienzo «El Santo Casimiro de Polonia» (1723), por Herman Collenius.
