Jueves 19 de diciembre: San Urbano V, papa n.° 200 de la iglesia católica. Devolvió la sede papal a Roma, poniendo fin al exilio en Aviñón.
Nacido en 1310 en Grisac, Languedoc (sur de Francia), Guillaume Grimoard destacó por su espiritualidad, humildad y compromiso con las reformas. Antes de convertirse en Papa en 1362, Urbano V fue un monje benedictino dedicado al estudio del derecho canónico y la teología, además de ser diplomático y obispo en diversas regiones de Europa.
Urbano no era cardenal al momento de ser nombrado. Su papado, marcado por una vida austera y un enfoque en la integridad, enfrentó la resistencia de clérigos acostumbrados a lujos. Sin embargo, Urbano V impulsó reformas significativas, restauró iglesias y monasterios, y fundó universidades. Destacó también por su rol mediador entre gobernantes franceses e italianos y su promoción de las Cruzadas.
Su mayor logro fue atender el llamado de Santa Catalina de Siena para devolver la sede papal a Roma, poniendo fin al exilio en Aviñón.
Falleció en 1370, dejando un legado de transparencia y virtud. Su tumba en Marsella se convirtió en un sitio de milagros, perpetuando su memoria como un líder ejemplar.
Fuente: uCatholic.
Imagen: Fragmento del fresco «Brígida recibe la confirmación de su gobierno por parte del papa Urbano V» (1767), por Joseph Mages.
