Lunes 20 de enero: San Sebastián, soldado romano de fe cristiana que desafió al imperio. San Fabián, vigésimo papa de la Iglesia católica.
San Sebastián. En el siglo III, en el corazón del Imperio romano, un joven tribuno de la guardia pretoriana llamado Sebastián vivía una doble vida: por un lado, era un soldado leal y respetado por el emperador; por otro, era un ferviente cristiano que, en secreto, evangelizaba a sus compañeros y visitaba a los cristianos encarcelados.
Su fe lo llevó a enfrentar al poderoso emperador Diocleciano. Descubierto como seguidor de Cristo, San Sebastián fue sometido a un cruel martirio: atado a un árbol y acribillado a flechazos. Milagrosamente sobrevivió, pero su determinación no flaqueó. Volvió a desafiar al emperador, quien ordenó su muerte definitiva a latigazos.
A pesar de la persecución y el dolor, este joven soldado romano se mantuvo firme en sus creencias. Su figura, representada a menudo con flechas atravesando su cuerpo, se ha convertido en un símbolo de la perseverancia cristiana
San Fabián, obispo mártir. La elección del sucesor de San Antero como Papa no fue una tarea fácil. La discordia amenazaba con dividir a la comunidad cristiana. Sin embargo, un inesperado acontecimiento cambió el curso de la historia. Según el historiador Eusebio, una paloma blanca descendió sobre la cabeza de Fabián, un humilde campesino romano. Este prodigio divino unificó a clérigos y laicos, y Fabián fue elegido Sumo Pontífice por aclamación popular.
Durante su pontificado de 14 años, Fabián condujo a la Iglesia con sabiduría y dedicación. Su martirio, ocurrido durante la persecución de Decio en el año 250, selló su legado como un líder excepcional. Hoy, en las catacumbas de San Calixto, aún se puede apreciar la lápida de Fabián, dividida en cuatro partes, que lleva la inscripción: «Fabián, obispo, mártir».
Fuente: Primeros Cristianos y Franciscan Media.
Imagen: Fragmentos del óleo sobre madera de roble «Martirio de San Sebastián» (1539), por Gregório Lopes; y del fresco en la Capilla Sixtina «Papa Fabián» (1482), por Pietro Perugino.