Jueves 5 de diciembre: San Sabas, sacerdote eremita en los siglos V y VI, fundador del monacato oriental y del monasterio de Mar Saba.
Nacido en Capadocia, San Sabas es uno de los patriarcas más respetados entre los monjes de Palestina y fundador del monacato oriental. Tras una infancia difícil, encontró refugio en un monasterio, donde destacó en virtud pese a su juventud. A los 18 años viajó a Jerusalén buscando aprender sobre la vida eremítica.
Aunque inicialmente se le consideró demasiado joven para ser ermitaño, se le permitió vivir en una cueva cercana a los 30 años, dedicándose a la oración y al trabajo manual. Tras la muerte de su mentor, San Eutimio, se retiró al desierto cerca de Jericó, viviendo austeramente.
Pronto, otros buscaron unirse a su vida solitaria. A pesar de sus reticencias iniciales, formó una comunidad monástica de más de 150 hombres, organizados en celdas alrededor de una iglesia, conocida como «laura» (la «Gran Laura de San Sabas»). Obligado a ser sacerdote para liderar a sus monjes, continuó combinando su vocación eremítica con su rol de abad.
San Sabas viajó por Palestina predicando y restaurando la fe. A los 91 años, respondió al llamado del Patriarca de Jerusalén para mediar en Constantinopla durante una revuelta. Poco después regresó enfermo y falleció en el monasterio de Mar Saba, que aún hoy alberga monjes ortodoxos.
Fuente: Franciscan Media .
Imagen: Fragmento de «Sabas, el santificado» (985) en el Menologio de Basilio II.