Miércoles 11 de diciembre: Dámaso, el Papa que lideró la Iglesia en tiempos de crisis durante 18 años en el siglo IV, fortaleciendo la fe cristiana.
San Dámaso, Pontífice de Roma en el siglo IV, desempeñó un papel crucial en la consolidación de la fe cristiana durante tiempos de crisis y división. Su trayectoria es un testimonio de liderazgo, fe y dedicación.
Desde su juventud, Dámaso mostró una profunda devoción religiosa, destacándose por su austeridad y amor por las tradiciones cristianas. Como Papa, enfrentó desafíos enormes: cismas, herejías y conflictos con el antipapa Ursino. A pesar de las luchas, su liderazgo firme unificó a la Iglesia, reforzando el dogma de Nicea y apoyando a figuras clave como San Ambrosio y San Basilio.
Entre sus logros destaca la renovación de las catacumbas, donde preservó la memoria de los mártires y embelleció los sepulcros, dejando un legado arquitectónico e histórico invaluable. Además, promovió la versión oficial de la Biblia, escrita por San Jerónimo bajo su protección.
San Dámaso, santo patrón de los arqueólogos, no solo fortaleció la Iglesia en Roma, sino que extendió su influencia a todo el Imperio, reafirmando la primacía del papado como guía espiritual y doctrinal.
Fuente: Hijos de la Divina Voluntad.
Imagen: Fragmento del óleo sobre lienzo «San Dámaso» (1685), por Juan Carreño de Miranda, posiblemente terminado por su discípulo Antonio Palomino.