Jueves 2 de enero: San Basilio de Cesarea y San Gregorio Nacianceno, amigos y teólogos. Doctores y padres de la iglesia.
San Basilio de Cesarea y San Gregorio de Nacianzo, nacidos en la región de Capadocia en el siglo IV, compartieron una profunda amistad y una fe sólida. Basilio, proveniente de una familia de diez hijos, varios de ellos santos; y Gregorio, hijo de un judío convertido en obispo, se conocieron durante sus estudios en Atenas, donde forjaron un vínculo inquebrantable marcado por su amor a la verdad y el deseo de perfección espiritual.
Tras regresar a Capadocia, ambos soñaron con una vida monástica, pero las necesidades de la Iglesia los llevaron a roles de liderazgo. Basilio fue nombrado obispo de Cesarea, destacándose por su enseñanza a los monjes, su labor pastoral, la redacción de reglas monásticas y su apoyo a los pobres y enfermos. Gregorio, en tanto, fue conocido como «el Teólogo«, defendiendo la divinidad de Cristo, enfrentando las herejías de su tiempo, y componiendo poemas que aún inspiran la liturgia.
La memoria de ambos, como defensores de la fe y arquitectos de una vida monástica basada en las Escrituras, sigue siendo celebrada por su impacto duradero en la teología, la espiritualidad cristiana y la liturgia. Ambos son considerados doctores y padres de la iglesia.