Lunes 29 de julio: Marta, María y Lázaro eran amigos cercanos de Jesús en Betania. Marta lo hospedó, María lo escuchó y Lázaro resucitó.
En la casa de Betania, Jesús encontró el espíritu familiar y la amistad de Marta, María y de su hermano Lázaro, quienes eran sus amigos cercanos y a quienes amaba profundamente, como señala el Evangelio de Juan. Marta ofreció generosamente hospitalidad, María escuchó atentamente sus palabras y Lázaro, obedeciendo al mandato de Jesús, salió del sepulcro, mostrando el poder de Jesús sobre la muerte.
El Papa Francisco ha decidido incluir la memoria de los santos Marta, María y Lázaro en el Calendario Romano General para conmemorarla cada 29 de julio. Su Santidad ha recordado la cariñosa reprimenda de Jesús a Marta, quien se preocupaba por muchas cosas mientras María escuchaba a Jesús. El Pontífice subraya que ambas actitudes no son opuestas sino complementarias, y deben vivirse en armonía. Enfatizó que el servicio y la caridad siempre deben estar acompañados por la escucha de la Palabra del Señor.
Sobre la resurrección de Lázaro, para Francisco el grito de Jesús «¡Lázaro, sal!«, es un llamado a toda la humanidad, ya que todos estamos marcados por la muerte. Marta, a pesar del dolor por la muerte de su hermano, mostró una fe inquebrantable en Jesús, quien afirmó: «Yo soy la resurrección y la vida«. Las palabras de Jesús, según el Papa, trasladan la esperanza de Marta del futuro lejano al presente, mostrando que la resurrección está ya presente en la persona de Cristo.