Jueves 20 de marzo: Santa Alejandra de Ancira y sus compañeras mártires, símbolos de resistencia y fe en el siglo IV en tiempos de persecución.
Alejandra de Ancira (Ancyra, actual Ankara, Turquía) y sus compañeras mártires, se convirtieron en símbolos de resistencia y fe, en el siglo IV, durante la persecución del emperador Diocleciano. Su historia procede de las Lauras (monasterios) de San Sabas, donde este martirio al parecer era conmemorado en los siglos V y VI.
Alejandra, junto a Tecusa, Faínes, Claudia, Eufrasia, Matrona y Julita, fue acusada de ser cristiana y llevada ante el juez. Decididos a quebrar su espíritu, las sometieron a vejaciones públicas durante las fiestas en honor a la diosa Diana. Las siete mujeres fueron desnudadas y obligadas a participar en sus procesiones. Sin embargo, ellas se negaron a renunciar a su fe, prefiriendo la humillación antes que traicionar sus creencias. Finalmente, fueron ahogadas en un lago con piedras atadas a sus cuellos.
Teodoto, un posadero cristiano y sobrino de Tecusa, jugó un papel crucial en esta historia. Tras un sueño en el que su tía le pedía rescatar sus cuerpos, organizó una misión nocturna para recuperarlos. Guiados por una estrella, Teodoto y sus compañeros lograron sacar los cuerpos del lago y darles un entierro digno. Sin embargo, la traición de su hermano Policronio llevó a Teodoto a ser capturado y martirizado.
Alejandra y sus compañeras representan la resistencia frente a la opresión y la firmeza en la fe cristiana. Su martirio no solo conmovió a la comunidad cristiana de Ancira, sino que también inspiró la construcción de un lugar de culto en su honor. Hoy, su legado perdura como un testimonio de coraje y devoción en tiempos de persecución.
Fuente: Tus preguntas sobre los santos.
Imagen: Mosaico «La procesión de los Santas Mártires» (antes de 526) en la Basílica de San Apolinar el Nuevo, en Rávena, Italia.