Sábado 5 de abril: San Vicente Ferrer. Fraile dominico, escritor, sanador y gran predicador. Su voz influyó en la política y en la Iglesia.
San Vicente Ferrer se destacó como una figura política y espiritual de gran influencia, especialmente durante la crisis del Cisma de Occidente en Europa. Nacido en Valencia en 1350, este fraile dominico dedicó su vida a la predicación y al fortalecimiento de la paz en tiempos marcados por divisiones religiosas y sociales.
Desde joven, Vicente Ferrer mostró habilidades notables en oratoria. Estudió en Barcelona y fue ordenado sacerdote en 1379. Poco después, fue elegido Prior de su convento en Valencia, enfrentando desafíos como la Peste Negra y el debilitamiento espiritual de la época. En 1386 asumió múltiples roles: catedrático de Teología, confesor y consejero. En 1394, el Papa de Aviñón, Benedicto XIII, lo nombró su asesor diplomático.
Consciente del daño provocado por el cisma, Vicente solicitó retirarse de la corte papal para dedicarse a la predicación itinerante. En 1399 comenzó una intensa misión evangelizadora por Europa. Visitó ciudades y pueblos, atrayendo multitudes con su palabra. Su mensaje promovía la reconciliación, la solidaridad y el fortalecimiento de las comunidades.
En 1412 participó en la elección del rey de Aragón (Compromiso de Caspe), destacando también en la arena política. Su obra más relevante, Tratado de la vida espiritual, define una vida interior basada en la contemplación, el estudio y la acción.
San Vicente Ferrer murió en Francia el 5 de abril de 1419. Fue canonizado el 29 de junio de 1455 por el Papa Calixto III. Su figura sigue inspirando por su compromiso con la paz, su liderazgo en tiempos de crisis y su capacidad para conectar con las necesidades del pueblo.
Fuente: Orden de Predicadores
Imagen: Fragmento del óleo sobre lienzo «San Vicente Ferrer» (siglo XVII), por Urbano Fos.
