Andrés Jacinto, nacido en 1863 en Padua, fue sacerdote capuchino y obispo. Promovió la justicia y la paz social. Beatificado en 2002.
Nacido el 23 de noviembre de 1863 en Fiumicello de Campodarsego, Padua, Italia, en una familia campesina pobre y religiosa, Andrés Jacinto Bonaventura Longhin mostró una temprana vocación religiosa. A los 16 años ingresó en el noviciado de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, adoptando el nombre de Andrés de Campodarsego. Tras completar sus estudios en Padua y Venecia, fue ordenado sacerdote en 1886. Durante dieciocho años, Andrés se desempeñó como director espiritual y profesor de jóvenes religiosos.
En 1902, fue elegido ministro provincial de los capuchinos de Venecia, donde colaboró estrechamente con el patriarca Giuseppe Sarto, futuro Papa Pío X. En 1904, Pío X lo nombró obispo de Treviso, donde asumió el cargo el 6 de agosto y comenzó una visita pastoral de casi cinco años. Andrés reformó el seminario diocesano y promovió la formación espiritual del clero.
Durante la Primera Guerra Mundial, se mantuvo en Treviso, brindando asistencia a soldados, enfermos y pobres. Tras la guerra, continuó con su visita pastoral, promoviendo la justicia y la paz social. Entre 1926 y 1934, llevó a cabo su tercera visita pastoral. El Papa Pío XI lo nombró visitador apostólico en Padua y Údine.
Enfrentó la oposición tanto del clero como del régimen fascista, que atacó a sus seguidores. A pesar de una enfermedad que le privó de sus facultades mentales, Andrés mantuvo su fe y compromiso hasta su muerte el 26 de junio de 1936. Su vida, marcada por la espiritualidad franciscana, la obediencia a la Iglesia, la pobreza y una caridad generosa, le valió una fama de santidad. Fue beatificado por Juan Pablo II en 2002.
