Pedro Damián, Doctor de la Iglesia, vivió una vida marcada por la adversidad y la devoción. Prior de Fonte Avellana, fue precursor de la Reforma Gregoriana.
Pedro Damián, nacido en 1001 y declarado Doctor de la Iglesia en 1828, vivió una vida marcada por la adversidad y la devoción. Después de la muerte de sus padres, su hermano Damián (de quien tomó su nombre como su propio apellido) lo rescató de una vida de servidumbre, enviándolo a educarse en Faenza y Parma. Destacó como maestro en Ravenna, pero su anhelo de servir a Dios lo llevó a convertirse en monje benedictino en Fonte Avellana a los 34 años. Su vida monástica estuvo marcada por la austeridad y el servicio a los pobres.
Nombrado prior del monasterio de Fonte Avellana en 1043, Pedro Damián fundó varias comunidades religiosas, destacándose por su lucha contra la mundanalidad y la corrupción clerical. Su papel en la Reforma Gregoriana, como cardenal obispo de Ostia en 1057, fue crucial, participando en el sínodo de Letrán en 1059. A pesar de sus logros, Pedro Damián nunca presumió de su erudición, priorizando la adoración a Dios sobre la escritura. Su influencia se extendió en la defensa de la disciplina monástica y la lucha contra la corrupción clerical.
Pedro Damián también contribuyó a la reforma eclesiástica, oponiéndose a los antipapas y realizando misiones en nombre del Pontífice. Murió en Faenza en 1072, pero su legado perdura, con cultos locales que surgieron tras su muerte. En 1828, el Papa León XII extendió su fiesta a la Iglesia Universal, reconociendo la santidad y la contribución de Pedro Damián a la Iglesia.
Fuente: CatholicSaints.Info