San Isidro, nacido en el Madrid musulmán en 1082, fue un devoto jornalero conocido por su piedad y milagros. Murió en 1172.
Nacido en el «Mayrit» musulmán (actual Madrid) en torno a 1082, San Isidro es una figura emblemática cuya vida está documentada en el códice de Juan Diácono, conservado en el Museo de la Catedral de la Almudena. Creció cuando Madrid formaba parte de la taifa de Toledo, bajo dominio de Al-Ándalus, y luego fue conquistado por Alfonso VI en 1085.
Hijo de agricultores humildes, trabajó como jornalero para Juan de Vargas, un caballero beneficiado por Alfonso VI con tierras en el valle del Jarama y el Manzanares. Isidro pasó su infancia en San Andrés y se trasladó a Torrelaguna debido a las incursiones del emir Alí ibn Yúsuf en 1110. Allí conoció y se casó con Santa María de la Cabeza. Isidro es el primer laico casado que es canonizado.
Devoto cristiano mozárabe, San Isidro era conocido por su piedad y caridad. A menudo soportaba burlas por asistir a misa antes del trabajo, pero vivió una vida evangélica ejemplar. Se le atribuyen diversos milagros, como aquel en que las aguas de un pozo se elevaron hasta la superficie para traer flotando con vida a su hijo que había caído en él.
Isidro murió el 30 de noviembre de 1172 y su cuerpo fue hallado incorrupto en 1212, tras la batalla de Las Navas. Desde entonces, su cuerpo ha sido objeto de veneración, primero en San Andrés y luego en la Real Colegiata de San Isidro, donde descansa junto a las reliquias de su esposa. San Isidro Labrador es el Santo Patrono de la capital española.
Fue beatificado por el Papa Pablo V el 14 de junio de 1619 y canonizado el 12 de marzo de 1622 por Gregorio XV. Sin embargo, la bula de canonización no se publicó hasta 1724, bajo el pontificado de Benedicto XIII.
Fuente: Real, muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid.
Imagen: Fragmento de Placa de Azulejo de la calle San Isidro Labrador en Madrid, España.