San José, carpintero y artesano, protector de la Sagrada Familia y modelo de fe. Esposo de María y padre de Jesús, es patrono universal de la Iglesia desde 1870.
San José es descrito por Mateo y Lucas como un hombre descendiente de la estirpe real de David y Salomón. Aunque no se sabe con certeza si nació en Belén o Nazaret, su vida estuvo marcada por el trabajo como artesano y carpintero, aunque San Isidoro de Sevilla le atribuyó también el rol de herrero.
A lo largo de su vida, José enfrentó desafíos con responsabilidad, demostrando una personalidad valiente. Cuando el ángel le revela el plan divino de ser el padre de Jesús, asume su vocación con fe y determinación, protegiendo a María y a Jesús en todo momento.
Aunque no se registran palabras suyas en los Evangelios, su obediencia y fidelidad son destacadas por San Mateo, quien resalta su firmeza en la fe y rápida obediencia a los mandatos divinos. Como padre terrenal de Jesús, José lo instruyó con cariño, y lo introdujo en la esperanza del pueblo de Israel.
San José fue reconocido como patrono universal de la Iglesia en 1870 por el Papa Pío IX. Su papel como protector de la Sagrada Familia y modelo de fe y obediencia sigue siendo relevante en la vida de los cristianos hasta hoy. En el siglo XX, los papas León XIII, San Juan Pablo II y Francisco, han dedicado escritos y encíclicas en honor a este humilde servidor de Dios.
El Papa Francisco reconoce su devoción: “Yo quisiera también decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a san José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y en mi escritorio tengo una imagen de san José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de la figura del Santo para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema”.
Fuente: Primeros Cristianos y Vatican News
Imagen: «Sagrada Familia del pajarito», por Juan Esteban Murillo (1650).