Sábado 3 de agosto: Santa Lidia, primera cristiana europea, apoyó la expansión del cristianismo tras ser bautizada por Pablo en Filipos.
Lidia, reconocida como la primera cristiana de Europa, es una figura emblemática en la historia del cristianismo. Nació en Tiatira, una ciudad famosa por la producción de púrpura, un tinte utilizado en textiles, lo que le permitió establecerse como comerciante y alcanzar un nivel de independencia poco común para las mujeres de su época.
Su historia se narra en el Nuevo Testamento (Hechos 16, 14-15). Lidia era una «temerosa de Dios», es decir, una persona no judía que simpatizaba con el judaísmo. En Filipos, Grecia, conoció al apóstol Pablo y fue receptiva a su mensaje sobre Jesús como el Mesías, convirtiéndose así en la primera persona en Europa en adoptar el cristianismo. Lidia y su familia recibieron el bautismo de Pablo en un arroyo cerca de la ciudad. Luego, abrió su hogar a Pablo y Silas, convirtiéndose en el centro de la naciente comunidad cristiana en la zona norte de Grecia.
En Filipos se encuentran restos de una antigua basílica dedicada a Santa Lidia de Tiatira y un monumento en el lugar donde se cree que fue bautizada, testigos de su impacto duradero en la expansión del cristianismo en Europa. Su historia simboliza la influencia de las mujeres en la difusión de la fe cristiana.
