Este proyecto pretende ser una gran casa de oración para las personas que quieran peregrinar y hacer jornadas y ejercicios espirituales.
La Diócesis de Valparaíso anunció dos importantes cambios en su estructura: la reubicación del Pontificio Seminario Mayor San Rafael a Viña del Mar y la creación del Centro de Espiritualidad Purísima de Lo Vásquez. La decisión busca optimizar los espacios y responder a nuevas necesidades pastorales.
El Seminario Mayor San Rafael
El Seminario se fundó en 1969 en el Cerro Alegre de Valparaíso. En 1980 se trasladó a Lo Vásquez y hoy nuevamente cambiará su sede tras 44 años. Su nueva ubicación será la Iglesia San Miguel de Recreo en Viña del Mar.
Se trata de un entorno más urbano que facilitará la vinculación con comunidades, sacerdotes y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde se forman académicamente los seminaristas.
El obispo de Valparaíso, Monseñor Jorge Vega, destacó que «con esta reubicación, apuntamos a la actualización y profundización del proyecto educativo desde una inserción diocesana, que ayude a nuestro Seminario en la vinculación con otras comunidades eclesiales«.
El Centro de Espiritualidad Purísima de Lo Vásquez
Pero, además, se anunció que el edificio que albergaba el Seminario se transformará en el «Centro de Espiritualidad Purísima de Lo Vásquez». En efecto, se trata de un espacio destinado a retiros y jornadas de oración.
Las instalaciones ya eran utilizadas por diversas comunidades y su adaptación permitirá recibir a más de 200 personas. Posee salones, capillas y zonas de esparcimiento.
Monseñor Jorge Vega, señaló que «este proyecto pretende ser una gran casa de oración para las personas que quieran peregrinar y hacer jornadas y ejercicios espirituales en tan bello entorno«.
El obispo Vega, agregó que estas dos decisiones representan un avance significativo: «nos ayudarán a visualizar el futuro de la Iglesia de Valparaíso con nuevos aires de esperanza«.
También resaltó que «estamos ad portas de la celebración del Centenario de la Diócesis y con ello, nos enfrentamos a nuevos desafíos«. Se proyecta así una Iglesia renovada y en sintonía con las nuevas realidades pastorales.
Las modificaciones implicarán ajustes en la organización diocesana. Todos los movimientos de personas que se produzcan en algunas comunidades, serán comunicados oportunamente.
