Viernes 28 de junio: San Ireneo de Lyon
San Ireneo de Lyon, defensor del cristianismo en el siglo II, combatió la herejía gnóstica y defendió la fe apostólica.
San Ireneo de Lyon, defensor del cristianismo en el siglo II, combatió la herejía gnóstica y defendió la fe apostólica.
En el Concilio de Éfeso de 431, Cirilo defendió la doble naturaleza de Cristo: que es tanto Dios como hombre en una sola persona.
Andrés Jacinto, nacido en 1863 en Padua, fue sacerdote capuchino y obispo. Promovió la justicia y la paz social. Beatificado en 2002.
San Guillermo renunció a su herencia para convertirse en ermitaño. Atrajo discípulos, hizo milagros y fundó comunidades.
Juan el Bautista, el último gran profeta, nació seis meses antes que Jesús. Predicador asceta, bautizó al Nazareno en el Jordán.
Santo Tomás Moro y San Juan Fisher se opusieron a las reformas del Rey Enrique VIII, razón por la que ambos fueron martirizados.
Dejó su vida noble por la Compañía de Jesús, viviendo entre la caridad y el estudio, muriendo de peste por servir a los enfermos.
Santa Florentina de Cartagena fundó más de cuarenta monasterios, siguiendo la Regla escrita para ella por su hermano San Leandro.
San Romualdo, nacido en 951, fundó la Orden Camaldulense. Vivió como ermitaño y murió en 1027. Canonizado en 1582.
Marina de Bitinia vivió disfrazada como el fraile Marino. Aceptando una culpa injusta, fue redimida al final de su vida.