El pontífice no cesa en llamar a la paz en medio oriente y Ucrania, y recuerda la importancia de la diplomacia por encima de la lógica de la guerra.
ras el rezo del Ángelus, el Papa expresó su dolor por la situación “muy grave” en Tierra Santa, especialmente por la interrupción de la tregua que "significa muerte, destrucción, miseria".
Tierra Santa vive un momento difícil. Las explosiones acompañan todo el día y la noche y el miedo es permanente. Como el resto de la población, también la comunidad cristiana de Israel y Palestina, bajo la guía del cardenal Pizzabala, vive una angustiosa situación de incertidumbre y miedo.
"La guerra es una destrucción de la fraternidad humana", señaló este domingo el Papa en la Plaza San Pedro. Después del Ángelus, invocó el fin de todos los conflictos, pensando en Israel, Palestina y Ucrania. Además, pidió el envío de ayuda humanitaria a Gaza, la liberación de los rehenes y recordó la jornada de ayuno y oración del 27 de octubre.
El Papa Francisco dijo estar "muy preocupado" por lo que está sucediendo en Gaza y confía en que haya una pausa en los bombardeos "para abrir corredores humanitarios a los miles de personas que lo necesitan en estos momentos". El padre Gabriel Romanelli, párroco de Gaza, recibió una llamada telefónica del Pontífice minutos antes de que expirara el ultimátum lanzado por el ejército israelí para evacuar el norte de la Franja para asegurarle sus oraciones y la cercanía de toda la Iglesia.
Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile llaman a unirse en oración por la paz durante el fin de semana del 14 y 15 de octubre.
El Papa expresó su oración por las familias de las víctimas y por quienes viven horas de terror y angustia. "¡Que haya paz en Israel y Palestina!", su llamamiento, porque "toda guerra es una derrota".
