Jueves 8 de agosto: Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores (los dominicos). Fue canonizado en 1234.
Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega, Castilla, alrededor de 1174. Desde joven, fue educado por un tío sacerdote y luego enviado a Palencia para estudiar artes y teología. Durante su estancia allí, mostró su compasión vendiendo sus libros para ayudar a las víctimas de una hambruna local. Posteriormente, formó parte del cabildo de canónigos regulares de Osma bajo el priorato de Diego de Acebes.
En 1203 o 1204, dejó el claustro para acompañar a Diego en una misión diplomática por el norte de Europa. Fue en esta región donde descubrió la herejía albigense (o catarista) en el sur de Francia.
En 1206, después de un segundo viaje al norte de Europa, Domingo y Diego, en su regreso a España, se encontraron en Montpellier con los legados papales. Aconsejados por estos, emprendieron una predicación de pobreza apostólica, dejando atrás sus pertenencias. A finales de ese año, establecieron una misión en Prulla, centrada en convertir a las mujeres albigenses a una vida religiosa. En 1215, el grupo se instaló en Toulouse, adoptando la regla de San Agustín y en diciembre de 1216, el Papa Honorio III confirmó la comunidad, llamándolos “predicadores” en 1217.
La misión de Domingo tenía un carácter universal, y en 1217 dispersó a sus frailes: algunos fueron a España, otros a París, y él mismo se dirigió a Italia para informar al papa sobre sus actividades. La orden se expandió rápidamente, estableciendo centros en Bolonia y otras ciudades universitarias. Domingo continuó su misión de predicación hasta que, agotado, murió en Bolonia el 6 de agosto de 1221, tras regresar de una misión en Lombardía. En 1234, fue canonizado por el Papa Gregorio IX, dejando un legado duradero como fundador de la Orden de los Predicadores.
