Sábado 17 de agosto: San Jacinto, noble polaco, se hizo dominico tras conocer a Santo Domingo de Guzmán. Fundó conventos y evangelizó a los eslavos.
Nacido como Jacobo en Kamién a finales del siglo XII, este noble polaco se convirtió en una figura clave de la Orden de Predicadores. Influenciado por su tío, el religioso Ivo, Jacinto se ordenó sacerdote y, tras un encuentro con Santo Domingo de Guzmán en Roma, abrazó la vida dominica.
En 1221, Jacinto y otros frailes fueron enviados a Polonia para expandir la Orden. Fundaron conventos en Cracovia y otras ciudades, y en 1225 se estableció la provincia dominicana polaca. Como provincial, Jacinto impulsó la misión en Dantzig y Kiev, enfrentando numerosas dificultades.
Convocado a París en 1228, San Jacinto continuó su labor evangelizadora en Ucrania hasta su regreso a Polonia. Sus últimos años los pasó en Cracovia, donde vivió la invasión tártara. Falleció el 15 de agosto de 1257, dejando un legado como apóstol de los eslavos y figura destacada de los dominicos.
El 17 de abril de 1594, San Jacinto fue canonizado por el Papa Clemente VIII. Más tarde, en 1686, el Papa Inocencio XI lo honró designándolo como patrón del Reino de Polonia.