El Evangelio del Domingo

domingo 07 abril 2024 | El Evangelio del Domingo

Escucha la lectura del Evangelio del domingo 7 de abril de 2024 con el sacerdote Sebastián Vásquez Canales. Domingo de la Divina Misericordia. Cuasimodo.


 

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 20, 19-31

 

 

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio de ellos y les dijo:

—«Paz a vosotros».

Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Y Jesús repitió:

—«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

—«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:

—«Hemos visto al Señor».

Pero él les contestó:

—«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, yo no creeré».

Te puede interesar:  El Evangelio del Domingo

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó entonces Jesús, estando todas las puertas cerradas, se puso en medio de ellos y les dijo:

—«Paz a vosotros».

Luego dijo a Tomás:

—«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».

Tomás contestó:

—«¡Señor mío y Dios mío!».

Jesús le dijo:

—«¿Porque me has visto has creído? Dichosos entonces los que crean sin haber visto».

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de sus discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra de Dios

 


Imagen: Fragmento de «La Incredulidad e Santo Tomás» (1601), por Caravaggio.

Más noticias