Después de cuatro años de misión en una pequeña isla del Pacífico, Pedro fue asesinado por orden el rey de la tribu. Fue el primer mártir Marista.
Pedro Chanel, nacido en Cuet, Francia, en 1803 y ordenado sacerdote en 1827, destacó por su sinceridad y santidad desde sus inicios en la parroquia de Crozet. En 1831, se unió a la Sociedad de María, que en ese momento aún estaba esperando la aprobación eclesiástica de Roma.
Enviado a Oceanía, llegó a la pequeña isla de Futuna, entre Samoa y Fiyi, donde trabajó con generosidad y devoción durante cuatro años, a pesar de vivir dificultades y penurias extremas. Admirado por su amor a Jesús y María, y su dedicación a los futunianos, le apodaron «el hombre de buen corazón«.
Sin embargo, la envidia y el miedo a perder influencia en su pueblo, llevó al rey a ordenar su asesinato. La mañana del 28 de abril de 1841, Pedro fue despertado de su sueño y golpeado hasta la muerte.
Pedro se convirtió en el primer mártir de la naciente Sociedad de María y uno de los primeros mártires de la región. Tenía sólo 38 años cuando murió. A pesar de su muerte, su labor fructificó: al volver a la isla los Padres y hermanos Maristas, en dos años la isla entera ya se había convertido al cristianismo.
En 1954, el Papa Pío XII lo declaró santo de la Iglesia Católica. Hoy, el 28 de abril, recordamos el sacrificio y legado de quien fue declarado Patrono de Oceanía.
Fuente: Sociedad de María – Padres y Hermanos Maristas
Imagen: Fragmento de «Pierre Chanel (1803-1841), santo católico romano». Autor y fecha desconocidos.