Miércoles 21 de agosto: Victoria Rasoamanarivo, beatificada por el Papa Juan Pablo II el 30 de abril de 1989, modelo para los fieles laicos en Madagascar.
Victoria Rasoamanarivo nació en 1848 en Antananarivo, Madagascar, en el seno de una familia aristocrática influyente. Hija de Rainiandriantsilavo y Rambahinoro, fue criada por su tío, el comandante en jefe del ejército malgache. Educada en la fe animista, a los 13 años comenzó a asistir a una escuela católica y se sintió atraída por la fe, siendo bautizada el 1 de noviembre de 1863.
A pesar de la oposición familiar, que intentó convertirla al protestantismo, Victoria se mantuvo fiel al catolicismo. Aunque deseaba ser monja, su familia arregló su matrimonio con su primo Ratsimatahodriaka el 13 de mayo de 1864. Su esposo, un hombre violento y de mal vivir, fue causa de gran sufrimiento, pero ella rechazó el divorcio, viendo el matrimonio como un sacramento indisoluble, y oró por su conversión.
En 1883, estalló una persecución contra los católicos en Madagascar, resultando en la expulsión de los misioneros franceses y la prohibición de las prácticas católicas. Victoria lideró a la comunidad católica, desafiando las prohibiciones, manteniendo abiertas las escuelas y capillas, y animando a los fieles a continuar en la fe. Durante este tiempo, Victoria también dedicó su vida a la oración, a la atención de los enfermos y a la ayuda de los pobres, manteniendo una devoción especial a la Santísima Virgen.
En 1887, logró la conversión de su esposo poco antes de su muerte, quedando viuda en 1888. Continuó su labor hasta su fallecimiento el 21 de agosto de 1894. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 30 de abril de 1989, quien la definió como «una verdadera misionera» y un «modelo para los fieles laicos de hoy».