Santa Florentina de Cartagena fundó más de cuarenta monasterios, siguiendo la Regla escrita para ella por su hermano San Leandro.
Florentina, nacida en Cartagena (Murcia) en el siglo VI, es conocida gracias a las obras de sus hermanos San Leandro y San Isidoro, y por las biografías de estos y de su otro hermano, San Fulgencio. Hija de Severiano, un noble hispano-romano, y de una dama de origen godo convertida al cristianismo, su familia se exilió a Sevilla por motivos políticos. Tras la muerte de sus padres, su hermano mayor, Leandro, se encargó de su instrucción espiritual.
Florentina abrazó la vida religiosa, y en el año 601, Leandro le dedicó su obra «Regula sive libellus de institutione virginum et de contemptu mundi ad Florentinam sororem», una guía de perfección religiosa para mujeres. Según la tradición, aunque sin rigor histórico, se retiró al monasterio de Santa María del Valle en Astigis (Écija), donde llegó a ser abadesa. Su hermano Isidoro le dedicó el libro «De fide catholica contra Iudaeos», escrito a petición de la santa.
Santa Florentina falleció en el primer tercio del siglo VII. Sus reliquias fueron encontradas junto a las de San Fulgencio en el valle extremeño de las Villuercas, lo que provocó el llamado Pleito de los Santos entre las diócesis de Plasencia y Cartagena. El conflicto, que involucró al rey Felipe II, se resolvió con el reparto de las reliquias entre las diócesis mencionadas y el monasterio de El Escorial.
