Llegó desde Europa a Brasil con su familia inmigrante en 1875. Paulina dedicó su vida a la caridad y fundó una congregación religiosa.
Nacida como Amábile Lúcia Visintainer en Italia, Paulina llegó a Brasil a los 10 años en 1875, estableciéndose con su familia en Santa Catarina. Desde joven, impulsada por su fe católica, se dedicó a ayudar a los necesitados, cuidar de la capilla y enseñar religión. Junto a su amiga Virgínia Rosa Nicolodi, realizaban obras de caridad guiadas por misioneros jesuitas.
El 12 de julio de 1890, conmovidas por el sufrimiento de Ângela Lúcia Viviani que padedía un cáncer terminal, decidieron cuidarla en un refugio cercano a la Capilla de San Jorge en Vígolo. Tras su muerte, continuaron su misión de ayuda.
El 12 de febrero de 1894, se trasladaron al Hospital San Giuseppe en Nova Trento, y en 1895, el obispo de Curitiba aprobó su comunidad religiosa. Amábile se convirtió en la Hermana Paulina del Corazón Agonizante de Jesús.
La congregación creció y en 1903 iniciaron su misión en São Paulo, cuidando de huérfanos descendientes de esclavos. En 1909, la Madre Paulina dejó su puesto como Superiora General por orden del arzobispo, aceptando humildemente.
La Congregación se expandió y en 1933 recibió la aprobación papal. La Madre Paulina falleció el 9 de julio de 1942. Fue beatificada en 1991 y canonizada en 2002 por el Papa Juan Pablo II. Su legado de fe, humildad y caridad perdura en la Congregación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción.