San Agustín de Canterbury fue enviado por el Papa Gregorio Magno a evangelizar a los anglosajones. Fue llamado el «apóstol de Inglaterra».
En el año 596, cuarenta monjes partieron desde Roma para evangelizar a los anglosajones en Inglaterra, liderados por Agustín, prior de su monasterio. Pese a relatos de la ferocidad anglosajona y peligros del Canal de la Mancha, el Papa Gregorio Magno animó a Agustín a seguir.
Cruzaron el Canal y llegaron a Kent, gobernado por el rey pagano Ethelberto, casado con la cristiana Berta. Ethelberto los recibió en Canterbury y se bautizó en 597, iniciando la conversión de Inglaterra. Después de ser consagrado obispo en Francia, Agustín regresó a Canterbury, fundando una sede, una iglesia y un monasterio.
La fe se expandió a Londres y Rochester. Sin embargo, no logró reconciliar a los cristianos anglosajones y britanos ni que abandonaran sus costumbres celtas. Siguiendo los principios del Papa Gregorio, Agustín transformó templos y costumbres paganas en cristianas, respetando tradiciones locales.
Aunque su éxito fue limitado antes de su muerte en 605, su labor fructificó en la conversión de Inglaterra, siendo llamado el «Apóstol de Inglaterra». Su perseverancia ante los obstáculos y los éxitos parciales, enseñan a valorar los avances graduales. San Agustín de Canterbury es el Patrono de Inglaterra.
Fuente: Franciscan Media.
Imagen: Fragmento del mosaico con incrustaciones de vidrio «San Agustín y San Gregorio, Non Angli sed Angeli si Christiani…», en la Capilla de San Gregorio y San Agustín, Catedral de Westminster, Londres.