Martín I, que desafió al emperador bizantino y enfrentó la herejía monotelita, sufrió el exilio y el martirio. Celebrado cada 13 de abril.
San Martín I, nacido en Todi, Umbría, fue un líder de la Iglesia conocido por su firmeza contra la herejía monotelita. De familia noble, se desempeñó como diácono en Roma antes de convertirse en Papa.
Su elección en 649 significó un desafío al emperador bizantino Constante II, al no pedirle ni esperar su consentimiento para asumir. El Sínodo de Letrán lo enfrentó al emperador, quien consideró que las medidas del Papa Martín I eran un ataque a su política religiosa, por lo que ordenó su arresto, siendo llevado a Constantinopla.
Allí fue humillado, juzgado y condenado a muerte, sin embargo, tras la intervención del patriarca Pablo II de Constantinopla, la sentencia fue conmutada por el exilio en Crimea. Martín se mostró dolido por la falta de ayuda desde Roma, además de que se haya designado a un nuevo Papa estando él vivo. Sin embargo, no condenó a su sucesor Eugenio I.
En 655, murió debilitado por los malos tratos, el frío, el hambre, la humillación y la enfermedad. Aunque el Concilio de Constantinopla III confirmó su doctrina, El Papa Martín I no fue rehabilitado. Sin embargo, la Iglesia lo reconoció como mártir de la fe y lo celebra cada 13 de abril.
Fuente: Den katolske kirke (Katolsk.no)
