Papa Francisco se unió al Vía Crucis desde su residencia

sábado 30 marzo 2024 | Actualidad, Papa Francisco / Vaticano

Desde su residencia —con el fin de resguardar su salud—, el Papa Francisco se unió en oración al Vía Crucis que 25.000 personas vivieron en el Coliseo de Roma.

El Papa Francisco, desde la Casa Santa Marta, se unió en oración con 25,000 personas en el Coliseo de Roma para el Vía Crucis. Durante la meditación, se enfocó en las reflexiones de las estaciones, que fueron leídas por diversos representantes de la comunidad católica.

El Papa siguió el Vía Crucis desde su residencia, resguardando su salud para las festividades restantes. A través de la lectura de las meditaciones, se reflejó la solidaridad de la Iglesia con los sufrimientos del mundo, suplicando por la paz y la sanación de las heridas causadas por la guerra, la indiferencia y el pecado.

 

En sus meditaciones, el Papa Francisco destacó el perdón y la entrega total de Jesús en la cruz, así como la perseverancia y el dolor de María, quien sostuvo a su hijo muerto en sus brazos. Al final de la meditación, el Papa invitó a suplicar de manera personal al Señor, y pronunciando el nombre de Jesús con las siguientes invocaciones:

  • Jesús, tu nombre salva, porque tú eres nuestra salvación.
  • Jesús, tú eres mi vida y para no perderme en el camino te necesito a ti, que perdonas y levantas, que sanas mi corazón y das sentido a mi dolor.
  • Jesús, tú tomaste sobre ti mi maldad, y desde la cruz no me señalas con el dedo, sino que me abrazas; tú, manso y humilde de corazón, sáname de la amargura y del resentimiento, líbrame del prejuicio y de la desconfianza.
  • Jesús, te contemplo en la cruz y veo que se despliega ante mis ojos el amor, que da sentido a mi ser y es meta de mi camino. Ayúdame a amar y a perdonar, a vencer la intolerancia y la indiferencia, a no quejarme.
  • Jesús, en la cruz tienes sed, es sed de mi amor y de mi oración; los necesitas para llevar a cabo tus planes de bien y de paz.
  • Jesús, te doy gracias por los que responden a tu invitación y tienen la perseverancia de rezar, la valentía de creer y la constancia para seguir adelante a pesar de las dificultades.
  • Jesús, te encomiendo a los pastores de tu pueblo santo: su oración sostiene el rebaño; que encuentren tiempo para estar ante ti y que asemejen su corazón al tuyo.
  • Jesús, te bendigo por las contemplativas y los contemplativos, cuya oración, oculta al mundo, es agradable a ti. Protege a la Iglesia y a la humanidad.
  • Jesús, traigo ante ti las familias y las personas que han rezado esta noche desde sus casas; a los ancianos, especialmente a los que están solos; a los enfermos, gemas de la Iglesia que unen sus sufrimientos a los tuyos.
  • Jesús, que esta oración de intercesión abrace a los hermanos y hermanas de tantas partes del mundo que sufren persecución a causa de tu nombre; a los que padecen la tragedia de la guerra y a los que, sacando fuerzas de ti, cargan con pesadas cruces.
  • Jesús, por tu cruz has hecho de todos nosotros una sola cosa: reúne en comunión a los creyentes, infúndenos sentimientos fraternos y pacientes, ayúdanos a cooperar y a caminar juntos; mantén a la Iglesia y al mundo en la paz.
  • Jesús, juez santo que me llamarás por mi nombre, líbrame de juicios temerarios, chismes y palabras violentas y ofensivas.
  • Jesús, que antes de morir dijiste “todo se ha cumplido”. Yo, en mi miseria, no podré decirlo nunca. Pero confío en ti, porque eres mi esperanza, la esperanza de la Iglesia y del mundo.
  • Jesús, una palabra más quiero decirte y seguir repitiéndote: ¡Gracias! Gracias, Señor mío y Dios mío.
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Fuente: Vatican News

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