Martes Santo, momento crucial en que Jesús manifiesta que uno de sus discípulos lo traicionará. Judas recibe el pan mojado y los eventos que conducen a la crucifixión se desencadenan.
El Martes Santo marca un momento crucial en la Semana Santa cristiana, con eventos íntimos y trascendentales en la vida de Jesús y los apóstoles. Este día es recordado por las palabras del hijo de Dios que resuenan profundamente: su revelación sobre la traición que sufrirá.
El relato bíblico describe cómo Jesús expresa que uno de sus propios discípulos lo entregará a las autoridades: «de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar«. La atmósfera de desconcierto entre los apóstoles refleja confusión. «A quien yo diere el pan mojado, aquél es«. Y Judas Iscariote recibe el pan mojado de parte de Jesús, símbolo de traición y tragedia: «Lo que vas a hacer, hazlo más pronto«.
La partida de Judas y la entrada de Satanás en él señalan el comienzo de los eventos que conducen a la crucifixión de Jesús. Sin embargo, ya en la oscuridad de la noche, Jesús habla de su glorificación y del propósito divino que se cumplirá a través de su sacrificio.