El 11 de febrero de 1858, tres niñas encontraron a la Virgen en una gruta en Lourdes. A pesar del escepticismo, Bernadette mantuvo su fe, recibiendo mensajes y revelaciones.
El 11 de febrero de 1858 marcó el inicio de esta advocación mariana en Lourdes. Tres niñas, Bernadette Soubirous, su hermana y una amiga, encontraron a la Virgen María en una gruta. A pesar del escepticismo y desprecio de las autoridades, Bernadette mantuvo su fe inquebrantable.
Durante cinco meses, la Virgen se le apareció solo a ella, transmitiendo mensajes de oración y penitencia. El 25 de febrero, indicó a Bernadette una fuente oculta en la tierra, manantial que desde entonces ha producido milagrosas curaciones.
El 2 de marzo, la Virgen pidió a los sacerdotes construir un templo en la gruta. En la aparición del 25 de marzo, reveló su identidad como la Inmaculada Concepción. A lo largo de 18 apariciones, transmitió mensajes de amor, penitencia y rezos por los pecadores.
La Basílica de Lourdes, construida en 1876, testimonia estos eventos. Bernadette, canonizada en 1933, ingresó a la orden de las hermanas enfermeras. La festividad de Nuestra Señora de Lourdes, el 11 de febrero, conmemora su primera aparición.