30 de marzo: Sábado Santo, Vigilia Pascual

sábado 30 marzo 2024 | Santoral

Las tres Marías llevan perfumes para ungir el cuerpo de Jesús, pero hallan el sepulcro abierto y un joven les anuncia la noticia: Jesús ha resucitado.

María Magdalena, María de Cleofás y María Salomé emprendieron un camino lleno de devoción. Con perfumes en mano para ungir el cuerpo de Jesús, se dirigieron al sepulcro donde reposaba su cuerpo, mientras el sol despertaba en el horizonte.

La incertidumbre las asaltaba: ¿Cómo moverían la gran piedra que sellaba el sepulcro? Pero, al llegar, se encontraron con un prodigio: la piedra ya no obstruía la entrada.

Adentro, una visión les aguardaba: un joven vestido de blanco, sentado en el lugar. Sobrecogidas, escucharon sus palabras de consuelo:

— “No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que Él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como Él se lo había dicho”.

El mensaje era claro, lleno de esperanza. Las mujeres, temblorosas y atónitas, huyeron del sepulcro. El miedo las invadía y el silencio se volvía su refugio. ¿Cómo explicar lo indescriptible?

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El encuentro con el sepulcro vacío marcó un nuevo comienzo, un amanecer de fe. La noticia de la resurrección debía ser compartida, pero el temor las paralizaba. Sin embargo, el mensaje del joven vestido de blanco resonaba en sus corazones.

Jesús de Nazareth, el crucificado, ha resucitado.

 

Fuente: Marcos 16,1-8
Imagen: Fragmento de «Las santas mujeres en la tumba de Cristo» (1843), por Irma Martin.

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