Se trató de un taller financiado por los Fondos de Cuaresma de Fraternidad de Caritas Chile y el Fondo Diocesano de Acción Solidaria.
Tras finalizar la Eucaristía de Navidad en el Complejo Penitenciario Femenino de la Ciudad Puerto, la Pastoral Social Caritas Valparaíso llevó a cabo la ceremonia de entrega de certificados a las internas que participaron en el Taller de Corte y Confección que desarrolló en el segundo semestre del año bajo el alero del proyecto “Apoyo integral para la promoción y resiliencia de familias vulnerables del ámbito carcelario de la Diócesis de Valparaíso”, financiado por los Fondos de Cuaresma de Fraternidad de Caritas Chile y el Fondo Diocesano de Acción Solidaria.
La actividad estuvo encabezada por el director de la Pastoral Social Caritas Valparaíso, Diácono Leonardo Córdova, y lo acompañaron Francisca Caruso, encargada de proyecto de la Pastoral Social Caritas Valparaíso; Mabel Reyes, profesora que impartió el taller, y Mons. Mario Salas Becerra, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Valparaíso. También, participaron funcionarias del Área Técnica del CPF y las internas que realizaron el taller.
Durante la instancia, se realizó un momento de compartir fraterno con pizzas y una torta, en el que, además, las internas mostraron parte de las confecciones que realizaron durante el taller.
La iniciativa fue muy bien valorada tanto por las internas, como por parte del equipo del Área Técnica del CPF.
El director de la Pastoral Social Caritas Valparaíso, Diácono Leonardo Córdova, indicó que “hicimos un cierre a una etapa del trabajo de la Pastoral Social Caritas que tiene que ver con la preparación de un grupo de mujeres, un grupo significativo, once mujeres que tienen posibilidades de ir ya en etapas ascendentes de tener algunos beneficios que las van acercando a la libertad. Y en esa dinámica de ir caminando hacia esa libertad que tanto añoran está también el ser acompañadas por la Caritas fortaleciendo algunas habilidades sociales, pero, también, especialmente hoy día, cerrando un taller de confección y costura que les da herramientas con las cuales poder tener recursos, una alternativa al momento de salir de poder generar pequeños emprendimientos con los cuales puedan ir dándole vida a la familia, recuperando los espacios familiares, así que una mañana hermosa donde también ellas se vieron muy felices de poder compartir con nuestro reciente ordenado Obispo Auxiliar que estuvo compartiendo con ellas de manera muy distendida, sencilla, y pudieron escuchar los testimonios mutuamente, el obispo pudo decirles lo que espera de ellas como parte del pueblo de Dios de Valparaíso, y ellas también sintiéndose acompañadas por su iglesia”.
Por su parte, Mabel Araya, profesora del taller, agradeció el proceso desarrollado a lo largo del taller, destacando que “fue una experiencia muy bonita, entré con muchos miedos a trabajar acá por lo que se entiende del sector, pero fue una experiencia muy enriquecedora para mí. Mejoraron mis expectativas porque las chicas son muy empeñosas y realmente supieron salir adelante y hacer sus cosas con todo lo que les enseñé y aprendieron harto, estaban agradecidas y quieren continuar”.
Finalmente, Monseñor Mario Salas, Obispo Auxiliar de Valparaíso, valoró que “fue un compartir rico, compartimos una pizza, una torta, fue una linda experiencia junto a las internas, fue muy significativo, y como les dije en la Misa, Dios quiera que sea la primera de muchas Eucaristías que pueda compartir con ellas”.
A pesar de estos lamentables decesos, la mayoría de los eventos se desarrollaron sin mayores inconvenientes en la región de Valparaíso.
La madrugada del 1 de enero marcó un inicio de año con luces y sombras en la región de Valparaíso.
Aunque los eventos pirotécnicos trajeron a miles de turistas a las costas de Valparaíso, Viña del Mar y el litoral central, dos accidentes vehiculares con consecuencias fatales dejaron en evidencia los riesgos en las rutas.
El primero de estos siniestros ocurrió en la Ruta E-35, que conecta La Ligua con Cabildo.
Un choque entre dos vehículos dejó dos personas fallecidas y una herida, según informó el teniente Raúl Machuca, subcomisario administrativo de la Primera Comisaría de Carabineros de La Ligua.
El segundo accidente, registrado en el nuevo Camino Costero en El Tabo, involucró un camión 3/4 y un vehículo menor. Este incidente dejó otras dos víctimas fatales y dos personas gravemente heridas.
Además de aquello, una persona resultó detenida en Viña del Mar y otra, quedó lesionada en la comuna de San Antonio. Ambas, por el manejo de elementos pirotécnicos.
Aun así, el delegado presidencial de la región de Valparaíso, Yanino Riquelme, destacó el balance general del Año Nuevo en la región, señalando que, a pesar del alto flujo de turistas, la mayoría de los eventos se desarrollaron sin mayores inconvenientes.
Sin embargo, lamentó las pérdidas humanas y reiteró la importancia de la prevención.
En Limache, donde se realizó el show de drones en el estadio Ángel Navarrete de Limache, el balance es positivo.
El único punto negro de la noche fue el atropello de un hombre de 44 años, que actualmente se encuentra en riesgo vital, tal como lo indicó el delegado presidencial de la provincia de Marga Marga, Fidel Cueto.
Por su parte, la alcaldesa de Valparaíso Camila Nieto, tras realizar un balance sobre las celebraciones, se refirió a las actividades que se proyectan a realizar en los cerros de la ciudad puerto, además de la seguridad, el turismo, y el ordenamiento del comercio ambulante.
Señalar que tanto en Valparaíso como en Viña del Mar se activaron de manera inmediata los operativos de limpieza tras las celebraciones de Año Nuevo.
En Valparaíso, más de 200 trabajadores desplegaron un completo plan de aseo en las calles del plan de la ciudad, mientras que en Viña del Mar, 122 operarios trabajaron desde temprano para limpiar el borde costero y otras áreas.
Jueves 2 de enero: San Basilio de Cesarea y San Gregorio Nacianceno, amigos y teólogos. Doctores y padres de la iglesia.
San Basilio de Cesarea y San Gregorio de Nacianzo, nacidos en la región de Capadocia en el siglo IV, compartieron una profunda amistad y una fe sólida. Basilio, proveniente de una familia de diez hijos, varios de ellos santos; y Gregorio, hijo de un judío convertido en obispo, se conocieron durante sus estudios en Atenas, donde forjaron un vínculo inquebrantable marcado por su amor a la verdad y el deseo de perfección espiritual.
Tras regresar a Capadocia, ambos soñaron con una vida monástica, pero las necesidades de la Iglesia los llevaron a roles de liderazgo. Basilio fue nombrado obispo de Cesarea, destacándose por su enseñanza a los monjes, su labor pastoral, la redacción de reglas monásticas y su apoyo a los pobres y enfermos. Gregorio, en tanto, fue conocido como «el Teólogo«, defendiendo la divinidad de Cristo, enfrentando las herejías de su tiempo, y componiendo poemas que aún inspiran la liturgia.
La memoria de ambos, como defensores de la fe y arquitectos de una vida monástica basada en las Escrituras, sigue siendo celebrada por su impacto duradero en la teología, la espiritualidad cristiana y la liturgia. Ambos son considerados doctores y padres de la iglesia.
Fuente: Nominis
Imagen: Fragmento del «Ícono de los Tres Jerarcas» (1917).